Es conocido que establecerse objetivos desde el principio, tener capacidad de adaptarlos y de transformarlos según sea necesario y evolucione la entidad y sus jugadores es importante para poder tener una guía clara de lo que se quiere lograr y cómo se va a lograr, teniendo así, un mayor número de opciones de que el proyecto se desarrolla de manera efectiva y eficiente. 

Los objetivos y su definición en una estructura como un club de baloncesto, deberían pasar desde cómo se enfoca la formación tanto de los profesionales como de los deportistas, cómo queremos enseñar el baloncesto, qué tipo de herramientas nos pueden ayudar a conseguirlo y cuáles son las ideas principales que nos definen.  

Miguel Santos, entrenador superior de baloncesto y con gran experiencia en categorías de formación, nos ayudará a comprender a través de estas palabras la necesidad como clubes de establecer nuestros objetivos.  

Desde la Federación de Baloncesto de la Comunidad Valenciana, agradecer la dedicación, profesionalidad e interés en seguir transformando el baloncesto desde la formación y la pista a Miguel Santos.  

1. INTRODUCCIÓN

Desde hace mucho, siento extremo interés por la formación del jugador en nuestro deporte. Concibo el baloncesto como un vehículo de formación integral de las personas y, creo que una de las máximas de cualquier persona ligada al básquet y cualquier estructura ha de ser ayudar, potenciar y agilizar el desarrollo de las personas que tomamos parte de este fabuloso deporte.

El desarrollo del jugador está condicionado a las características y circunstancias del propio jugador -dentro y fuera de la cancha-, a las de su entorno más inmediato (equipo, compañeros, staff, rivales, …) y a las del club. Así mismo, el club ha de tener un objetivo fundamental -además de los jugadores que apuestan por el modelo en concreto- la formación de los entrenadores, del resto del staff. Primero, por ser parte del deporte en sí, ya que es la forma de hacerlo evolucionar y, segundo, ya que son el nexo más directo con los jugadores que, en definitiva, son los protagonistas del juego.

Cuando tuve la oportunidad de plasmar mis ideas en papel para que llegasen a más gente, no lo dudé. Me siento un privilegiado por escribir estas líneas y porque lleguen a vosotros. Aunque en algún momento, la forma de expresarlo pueda parecer demasiado enérgica o rígida, me gustaría que este artículo fuera utilizado para reflexionar, que se masticasen los conceptos de los que hablo -ya que son mis ideas- y; en caso de que sean de utilidad, se utilicen de la mejor forma que cada uno considere. En caso de que no se compartan, espero que el propio trabajo de ser crítico con estas líneas sea suficiente para hacernos evolucionar en la dirección que cada uno decida tomar.

Así, y terminando esta introducción, para cocinar esta receta, he dedicado un tiempo a coleccionar ideas de clubes por los que siento admiración, lo que, unido a mi experiencia, a la búsqueda de información en profesionales dentro (y fuera) de nuestro deporte, salpimentado con cierto toque crítico. Espero que os guste el resultado.

2. ¿Cómo enfocar la formación?

En un momento en el que tenemos accesible tanta información (mediante networking, redes sociales, internet,…) y, a la que estamos expuestos constantemente, uno de los principales problemas que afrontamos es cómo enfocar la enseñanza. Este exceso de información es un arma de doble filo, porque nos hace sentirnos unos privilegiados; nunca hemos tenido tan fácil formamos, pero, por otro momento, hace que sea mucho más difícil para nosotros identificar lo que es realmente importante.

En este sentido, a cualquier nivel, nuestro método como entrenadores -o el del director deportivo- ha de responder:

– ¿Qué enseñar?

– Como hemos dicho disponemos de mucha información. Por ello a la hora de preparar nuestras planificaciones o entrenamientos, mi recomendación es que cuando queramos trabajar un fundamento/situación escribamos los detalles que consideremos importantes, los ordenemos y nos planteemos el por qué. Respondiendo a estas preguntas, unidas al cuándo (en función del grado de desarrollo del jugador, momento de la temporada) estaremos mucho más preparados para orientar los ejercicios y las correcciones.

Un ejemplo: si estamos trabajando el cambio entre las piernas, podemos enumerar detalles que consideremos importantes: flexión, giro sobre puntas, dónde está el balón con respecto al cuerpo antes del cambio, uso de mano que no bota, posicionamiento del cuerpo, cómo se lanza el balón tras el cambio, étc… Decidir cuáles son claves para nuestros jugadores en un momento dado y proponérselos en el ejercicio (incluso facilitar con evoluciones del ejercicio que lo hagan). Además, nos ayudará reflexionar sobre en qué momento del fundamento está cada jugador para orientar las correcciones. Si no dominamos el fundamento, es misión casi imposible ayudar al jugador a alcanzar su máximo potencial.

– Una vez qué hemos respondido a la difícil pregunta de qué queremos enseñar nos planteamos, ¿Cómo lo conseguimos?

– En este sentido, Ettore Messina habla de un concepto llamada Progresión Didáctica. Éste, básicamente consiste en la creación de una escalera que les facilite a los jugadores su desarrollo. Propone empezar dando dos opciones y, sobre esas dos opciones, ir ampliando su abanico para ayudar al jugador a desarrollarse. De la misma manera que habla esto en cuanto a las opciones que se le da, la corrección del jugador ha de ser similar. Primero se han de identificar los detalles que el jugador debe dominar y que produzcan una mayor mejora -easy wins- para, poco a poco, ir limando el resto de los factores a corregir.

El exceso de información de nuevo resulta peligroso y, el intentar corregir demasiados detalles a los jugadores a la vez, puede acarrear más efectos negativos que positivos. En este sentido, mi recomendación es clara: Corregid lo que veáis imprescindible -llevad preparado y acordado el staff cuál será el foco- y ayudad a que el jugador, en base a sus características físico-técnicas, se vaya desarrollando en su propio camino con el resto de los detalles. Ejerced de guía, retadle para que se desarrolle, pero no le saturéis. Es importante que cada jugador tenga su esencia, NO CREAR JUGADORES DE LABORATORIO. Todos los jugadores han de dominar los detalles básicos; después, cada jugador ha de evolucionar en su propia dirección. Podemos ver jugador@s que han llegado al máximo nivel, habiendo desarrollado cada uno el baloncesto en su dirección. Por ejemplo, siendo Navarro y Carroll dos excelsos tiradores, cada uno ha desarrollado una mecánica diferente y, por supuesto, parte del éxito al margen de su desmesurado talento, fue la capacidad de sus entrenadores de orientarles hacia donde podrían alcanzar su máximo potencial. Seguramente, si a uno de ellos le hubiera forzado a tirar como el otro, aunque habrían seguido siendo jugadores increíbles, habría disminuido el grado de excelencia que llegaron a alcanzar.

Por último, y algo en lo que estoy muy de acuerdo es que, para alcanzar mayores cuotas, hemos de CONVENCER al jugador (para lo que habremos de hacerle parte -en la medida que podamos- y de lo que hablaremos más tarde) en lugar de VENCER/IMPONER.

3. Entonces… ¿Cómo enseñamos baloncesto?

Ya tenemos información suficiente para entender mi forma de ver la formación… Ahora, ¿Cómo traducimos esto a las primeras etapas del jugador?

Veamos un video de Ettore de Messina:

3.1 Primeras etapas

Algo que estoy observando con cada vez más asiduidad, es ver como equipos de mini hacen hasta cuatro sesiones a la semana. Aunque respeto y entiendo los argumentos que justifican esta forma de verlo, no los comparto. Copio a continuación un trozo del libro My World, del ciclista eslovaco Peter Sagan. Único ciclista en la historia en ser campeón mundial en ruta tres veces seguidas

“In my opinion, the most useful education for being a professional athlete, pretty much any sport, is a childhood spent outdoors, and as a youngster I was given free rein to explore and play in the countryside […]

While you think you’re just having fun and being a tearaway, you’re learning crafts and skills. Coordination is probably the most obvious one, but you’re building your strength, finding out what your body can do, discovering your limits, and then trying to reset them to a higher level”

Creo que es importante que nuestros jugadores prueben muchas cosas cuando son pequeños. De otros deportes pueden obtener talentos que son mucho más difíciles de desarrollar en el baloncesto. Por ejemplo, de cualquier deporte individual pueden desarrollar un amplio sentido de esa responsabilidad individual, de otros deportes como el rugby o el judo el perder el miedo al contacto, o del atletismo una mejor técnica de carrera. Así, podemos ver deportistas profesionales que compaginaron varios deportes su infancia e incluso su adolescencia (Nadal fútbol y tenis, Evenepoel ciclismo y fútbol, son algunos casos). Creo que, a la larga, todo esto es mucho más productivo que haber entrenado cuatro veces a la semana con nueve años.

Una vez compartida esta reflexión y, ya hablando de nuestro deporte, tenemos la gran suerte de que, la mayoría de los jugadores que se inician tienen idea de lo que es el baloncesto (aunque poco a poco, esta idea irá cambiando). Todos han visto los triples de Curry, a los campeones del mundo con la selección, o a nuestras subcampeonas de Europa. Esto, nos da una ventaja sobre otras actividades. NO EMPEZAMOS DE CERO. En vista a esto, creo que en las primeras etapas del jugador los objetivos básicos del entrenador / club han de ser dos:

1. Que los jugadores siempre acaben el entrenamiento con ganas de más. Que desarrollen pasión por el juego. Nuestra victoria será que su evolución no pase por entrenamientos/partidos, sino también porque en su tiempo libre bajen a la cancha, vean más baloncesto o, incluso, boten por el pasillo hasta que sus padres les regañen por molestar al vecino.

2. Que sean valientes. Los primeros años son fundamentales para formar su personalidad. Debemos comprometernos con crear jugadores valientes -que no egoístas- que pasen sin miedo, que tiren sin miedo, que vayan al rebote y luchen cada balón.

De la mano de los dos objetivos mencionados, lo que propongo es que se usen estas etapas para que los jugadores hagan un poco de todo, que tengan ideas globales del juego, que boten, tiren, pasen y le den importancia a la defensa y al rebote. No queremos jugadores que sean superbuenos en una cosa, queremos jugadores que sean valientes y se atrevan a hacer muchas, aunque estén lejos de dominarlas. De la mano de lo comentado por Sagan, mi idea para las primeras etapas es la de proponer ejercicios que, además de su desarrollo global, permitan ir desarrollando su coordinación, les ayude a utilizar ambas manos a la misma vez, comprender los pesos del cuerpo y, sobre todo, les rete a alcanzar nuevos niveles.

Aunque no está de más desarrollar algún concepto colectivo, también es un momento clave para introducir la responsabilidad individual.

Es injusto generalizar y todo depende de equipos, clubes y jugadores, pero estas etapas podrían ser los años de mini e incluso el primer año infantil.

3.2 Etapas Intermedias

Una vez que hemos conseguido desarrollar al jugador en sus primeras etapas, que tiene una idea global del juego y hemos conseguido sembrar esa semilla de la pasión por el juego y de la valentía, pasamos a lo que denomino etapas intemedias. Los fundamentos han aparecido, están iniciados y es el momento de desarrollarlos. El primer paso, como proponía antes, es dotar a los jugadores de easy wins que permitan ejecutar bien el fundamento. Tras estos “easy wins”, la manera de perfeccionarlo será mediante la guía que cada uno lo haga de la mejor manera posible, corrigiendo en base a sus características. Es decir, sobre unos estándares de cualquier fundamento (antes hablábamos del tiro de Navarro y Carroll, pero también podríamos hablar del dribbling de Doncic y Curry por ejemplo) adaptaros a las necesidades y características del jugador. Hemos de enfocarnos en el proceso y utilizar el resultado, de manera coherente, para evaluar el proceso de formación. En estas etapas, además del dominio de los fundamentos, su aplicación a situaciones reducidas -de 2c2, 3c3; incluso 4c4 en la defensa + superioridades; es clave.

Es el momento de introducir nuestra progresión didáctica comentada anteriormente.

“La clave es cuando son jóvenes y tienen menos experiencia, darles menos opciones. Por ejemplo, le das dos. Aprende, le das una o dos nuevas. Añadimos más” Ettore Messina

3.3 Etapas Finales

Estas corresponden a los últimos años de formación y a los años de competición. Diría que, a partir de junior de segundo año, siempre siendo flexibles a qué jugadores y equipos tenemos.

En esta etapa la clave es ayudar al jugador a mejorar lo que hace (diría que un 60-80% de la carga de trabajo) y utilizar el 20%-40% restante en trabajar sobre lo nuevo. Es una etapa clave para que lo practicado en las dos primeras etapas tome forma. ¿Cómo? Convirtiendo esos pensamientos en instinto. Los jugadores han de convertir su capacidad de lectura prácticamente en automatismos que permitan tomar decisiones rápidas -tenemos que crear jugadores analíticos y proactivos, no solo reactivos.

El trabajo en esta etapa será de aplicación real y directa sobre lecturas del juego.

4. Herramientas que nos pueden ayudar

Como entrenadores y clubes tenemos muchas herramientas que pueden facilitarnos la enseñanza del baloncesto. Me gustaría hablar de cuatro:

Imagen 1. Fuente elaboración propia

4.1 Error:

El error es parte del juego y un aliado importantísimo para la formación. Hemos de enseñar a los jugadores a distinguir entre error y fallo.

En Estados Unidos, hay un concepto muy famoso que se llama Trail & Error (más o menos lo que aquí denominamos prueba y error). Es un aliado imprescindible en la formación, el hecho de que un jugador se equivoque y, sobre todo, cómo usa ese error para mejorar. Cuántas veces ha de cometerlo para dejarlo de hacer. En este sentido, una frase que me gustaba mucho compartir con los jugadores que entrené es la de “Tráeme un error nuevo”. Vale, te has equivocado, has errado, pero, no pasa nada siempre y cuando aprendas de ello. Vuelve a equivocarte, pero de otra forma una vez que has comprobado que por aquí no puedes ir. Hay veces que un jugador necesita equivocarse un número elevado de ocasiones, pero, incentivad a que sea analítico y entienda por qué para buscar alternativas. Es la forma de ayudarles a evolucionar en su proceso de formación.

4.2 Auto entrenamiento:

De la mano de lo comentado anteriormente del desarrollo por esa pasión por el juego, viene el auto entrenamiento. Para mí, es un concepto que engloba aquel trabajo sin supervisión del entrenador. Es un poco pretencioso pensar que el desarrollo del jugador solo será bajo nuestra supervisión. El auto entrenamiento puede consistir en el trabajo de antes de entrar en pista, donde los jugadores pueden estar botando – cuando tengamos esas posibilidades logísticas- mientras esperamos tener pista, o el martes que no entrenamos y opta por bajarse a la cancha a tirar con sus hermanos. Para que el auto entrenamiento sea efectivo, además de esa pasión por el juego que le haga querer más, hemos de hacer al jugador partícipe del proceso. Si el jugador entiende, cuando desarrolla un fundamento, por qué lo hace, cuándo lo hace y cuáles son sus ventajas, o los errores que comete por ejemplo cuando tira y se queda corto, él tendrá las capacidades de, al menos parcialmente, seguir evolucionando. Es un concepto al que no damos mucha importancia y que es clave para los jugadores del siglo XXI.

4.3 Vídeo:

El vídeo se puede utilizar de dos maneras. Primer el vídeo analítico, donde nos puede ayudar a entender el error, a analizarlo y comprender sus alternativas. Aunque no soy partidario de un uso excesivo en formación, creo que es una herramienta útil y visual para muchos jugadores e incluso estimulante si no se abusa de ella.

La segunda vertiente es, lo fácil que es retar al jugador -ligado al auto entrenamiento- con vídeos que les hagan desafiarse. Es muy fácil y hay infinidad de herramientas (me gustaría recomendaros EdPuzzle) en la que podéis compartir un vídeo con vuestros jugadores de un tiro de Alba Torrens o de Pau Gasol jugando al poste bajo y a ellos les puede servir como reto para practicar en las horas fuera del entrenamiento.

4.4 Individualizar vs Personalizar

Simplemente os dejo este punto a modo de reflexión… ¿Cuándo individualizamos la enseñanza del baloncesto? ¿Cuándo la personalizamos? Os animo a que le deis una pensada. Os dejo aquí mi opinión: El baloncesto tiende a la personalización de la enseñanza.

5. METODOLOGÍA DE CLUB

Creo que tenemos un material sólido hablando de metodología, qué enseñar, cuándo y cómo, así como algunas herramientas que son muy importantes en el proceso de formación. Bien, ahora…. ¿Cómo encajamos lo visto anteriormente en el tema del día, la metodología del club?

Para hablar de ello, me gustaría crear cuatro puntos que redactaré a continuación.

5.1 Idea de Club

Imagen 2. Fuente elaboración propia

Yendo desde una visión más general, el club tiene que determinar su proyecto y su estructura. Tiene que establecer los cimientos (basics) sobre los que se asentará la idea. En este sentido, ha de establecer sus objetivos básicos de formación y competición, así como de captación de jugadores y crear un método que garantice su cumplimiento. El contacto club-director deportivo es clave a la hora de formar esta identidad. Consecuentemente la selección de entrenadores y jugadores, han de encajar en el proyecto común que se persigue. Es útil para un club establecer sus objetivos a corto-medio y largo plazo.

El club debe ser el encargado de crear una escalera de club, en la que se establezca que ha de aprender los jugadores por categoría y los básicos que han de caracterizar a los jugadores del club y que definirán el sello del club. Esto facilitará el proceso de formación a lo largo de las distintas etapas, el trabajo de los entrenadores y la creación de la identidad.

Para ello, una herramienta muy útil que se usa en ámbitos de negocio es el análisis MoSCoW (Must/Should/Could/Won’t), donde los responsables han de elegir qué must – imprescindibles ha de tener el club, que should – debería tener, que could- podría tener y que won’t, es decir, cuáles son las líneas rojas que el club no puede permitir en las diferentes etapas.

Personalmente, ideas que me gustan, es la de juntar un par de equipos de edades similares -si logísticamente es posible- un día a la semana y que trabajen con los entrenadores cambiados, con el objetivo de ir creando este sello y de ayudar al jugador a formarse con diferentes voces y formas de llegar a él. Para ello es clave la coordinación.

5.2 Idea de Equipo

Imagen 3. Fuente elaboración propia

Una vez que hemos definido la idea del club a grandes rasgos, es hora de hablar de la idea de equipo. De nuevo, podemos reutilizar la idea de MoSCoW para ver qué queremos y podemos esperar del equipo en cada parte del año. En este sentido, la comunicación de la dirección deportiva/coordinación con el entrenador es clave para crear nuestra metodología de club.

El club dispone de unos medios logísticos a los equipos que estos, por medio del entrenador, han de optimizarlos. Considero importante la optimización de tiempo e instalaciones, de tener al equipo preparado tan pronto como haya pista e incluso, de utilizar espacios del pabellón muertos para ampliar nuestro entrenamiento si se puede. En general, una parte de la comunicación se puede sacar fuera de las horas de cancha.

El rol del entrenador es entrenar al equipo y preparar al staff para que lo haga de la mejor manera posible, repartiendo responsabilidades. El club – mediante su coordinador / director deportivo, ha de ser el encargado de observar y diagnosticar lo que el equipo/jugadores van necesitando y cómo van evolucionando. De nuevo la comunicación Club-Entrenador juega un papel fundamental.

Por último, el club mediante su director técnico, ha de proponer aspectos comunes para todo el club, ya sea en el libro de juego o incluso en las estructuras de los entrenamientos (ejemplo: al menos dos días de trabajo de fundamentos + situaciones reducidas, trabajo de técnica de tiro todos los días, normas defensivas sobre balón, etc.). Esto facilitará la coordinación entre equipos y la subida/bajada y jugadores.

5.3 Idea de Jugador

Imagen 4. Fuente elaboración propia

Por último, queda descender a la magnitud del jugador. Mucho trabajo, en base a lo anterior, es no dirigido por lo que el éxito será hacer al jugador partícipe del proceso. Crear jugadores cognitivamente competentes.

Para ello, el rol del club conjunto del entrenador es el de analizar a cada jugador y ver qué retorno se espera de ellos además de establecer sus necesidades para la formación. ¿Qué podemos esperar del jugador y qué hemos de darle para que pueda llegar a devolvérnoslo? Por último, y volviendo a la cuarta herramienta enunciada, creo que en los entrenamientos hemos de personalizar la enseñanza, la individualización podrá ser en tecnificaciones/específicos (donde una herramienta muy útil puede ser el vídeo).

5.4 El concepto de Hermoso Enemigo

Os comparto un vídeo con un concepto que me ha gustado mucho:

En esto es en lo que creo que ha de consistir la relación director deportivo- entrenador y entrenador-jugador. Tanto el entrenador hacia el jugador como el director deportivo al entrenador ha de perseguir la formación del siguiente eslabón. Para ello, es interesante incentivar pensamientos críticos (constructivos) que culminen en hábitos autodidactas. Además, como entrenadores y como jugadores hemos de naturalizar y agradecer la corrección y sobre todo, comprender que, el crecimiento será compartido. Si logramos que los jugadores evolucionen, habremos de evolucionar como entrenador para seguir al nivel. Si logramos que loe entrenadores evolucionen, los jugadores y el club -al margen del resto de entrenadores- se beneficiarán de ello.

6. Conclusiones

Para concluir con el artículo, me gustaría enumerar algunos de los puntos claves mencionados:

1. Estamos ante una oportunidad maravillosa como parte de un deporte maravilloso de hacer crecer a las personas que están a nuestro alrededor, pero también tenemos una oportunidad de crecer nosotros.

2. Hemos de entender nuestro trabajo como un eslabón dentro de una enorme cadena que se la carrera deportiva de un jugador. Por ello, hemos de estar comprometidos con su proceso de formación. Hemos de entender cuál es nuestro rol, en según qué etapa para ayudar al jugador a desarrollarse en consonancia. Plantearnos preguntas como qué, cuándo, cómo y por qué nos hará evolucionar como enseñantes.

3. Hemos de entender que cada jugador es distinto, intentando ayudar a cada jugador a alcanzar su máximo, pero entendiendo que cada jugador es único y diferente entre sí.

4. Hemos de utilizar todas las herramientas a nuestro cargo para ayudar

5. El rol del club en el proceso de formación es brutal y afecta a todas las personas que conforman el club. Así, han de ser los encargados de determinar la idea general de club y ver cómo se va transfiriendo a las distintas dimensiones; es decir, a los equipos y luego a los jugadores. El club es el responsable último y fundamental de la formación deportiva del jugador y un activo fundamental en su educación. Así mismo, han de ser los encargados de guiar a los equipos/entrenadores y a los jugadores, ayudándoles a prepararse para el siguiente peldaño de lo que denominamos escalera.

7. BIBLIOGRAFÍA

Sagan, Peter. (2018). My World

Ettore Messina. Lecciones de un entrenador de baloncesto. Aprendemos Juntos. BBVA

Ben-Sharar. La ciencia de la felicidad. Aprendemos Juntos. BBVA

Miguel Santos es entrenador superior de baloncesto con una gran experiencia en categoría de formación.

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