Es un sueño para muchos jóvenes poder llegar a las principales categorías del baloncesto español. Pero lo es no sólo como jugadores/as, sino también como árbitros y oficiales de mesa, una labor que año tras año va sumando más adeptos.

Son parte del espectáculo. Viven la emoción de los grandes partidos, comparten su ilusión con jugadores/as de primer nivel. Y es un mérito que han logrado a base de trabajo y partiendo desde cero, como cualquiera de los jóvenes que se inscriben en los Cursos de Acceso al Comité Técnico Arbitral de la FBCV.

Es la puerta de entrada al mundo del arbitraje. Ahí comienza un camino marcado por la formación continuada para seguir creciendo y poder llegar a lo más alto. Algunos de quienes lo han logrado, comparten sus sensaciones y explican cómo se desarrolla ese camino.

Siempre se ha considerado que los árbitros y oficiales de mesa desempeñan una labor ingrata, pero afortunadamente de un tiempo a esta parte esta percepción está cambiando. Los deportistas son cada vez más conscientes de la dificultad que implica y tratan de ayudar y ser comprensivos, sobre todo ante los jóvenes que están empezando. ¿Cómo son estos inicios? ¿Por qué un día se toma la decisión de entrar a formar parte del Comité Técnico Arbitral (CTA) de la FBCV?

Contrariamente a lo que puede parecer, no todos los árbitros han sido antes jugadores/as. Es el caso por ejemplo de Cristian García y Daniel Cervantes. Cristian ha protagonizado un ascenso meteórico en las últimas campañas, alcanzando el Grupo 1 de Árbitros FEB, por lo que dirige encuentros de LEB Oro, LEB Plata y Liga Femenina. “Compaginaba mis estudios con algún trabajo de fin de semana, y como necesitaba seguir costeándome los gastos, dos grandes amigos que arbitraban entonces como Daniel Domínguez y Javier Sáez, me sugirieron que me hiciera árbitro de un deporte que para mí era algo desconocido”, cuenta Cristian, quien desde siempre había estado practicando otros tipos de deportes como fútbol e incluso artes marciales. “De una u otra manera he estado ligado siempre al deporte y tener la oportunidad de descubrir otro nuevo mundo como el baloncesto me parecía una idea genial así que, recién cumplidos los 20 años, empecé a realizar el curso de arbitraje”, comenta.

Daniel Cervantes (actualmente en el Grupo 2 de Árbitros FEB dirigiendo partidos de Liga Femenina-2 y Liga EBA) se introdujo en el baloncesto dos años antes, a los 18, “recomendado por un familiar ligado al mundo del arbitraje. A pesar de hacer deporte desde pequeño nunca jugué a baloncesto federado pero veía y conocía el arbitraje gracias a esta persona que no tardó mucho en convencerme”, explica.

Sin ningún conocimiento previo como jugador, los inicios no se auguraban nada fáciles. Daniel Cervantes dirigió su primer partido “en el Centro de Tecnificación de Alicante, con un árbitro con mucha experiencia. Recuerdo estar nervioso, pasaba todo más rápido de como yo lo había visto hasta ese momento y me costaba tomar decisiones”, asegura.

Para Cristian García aún fue mucho más complicado, con anécdota incluida: “Fue un día caótico, por la mañana arbitraba un partido Infantil en un colegio y por la tarde un partido Senior con Fernando Carrasco, el director técnico arbitral. Por la mañana acudí al colegio donde arbitraba con media hora de antelación para rellenar el acta y una vez todo preparado y a falta de 5 minutos para empezar el partido, me doy cuenta que éstos no eran los equipos que aparecían en mi designación. Efectivamente, me había equivocado de colegio y me había ido justo al otro que estaba a 5 minutos andando. Por supuesto, llegué pidiendo perdón y explicándoles a los entrenadores lo ocurrido. Una vez explicado, sí que se les pudo notar una leve carcajada que me hizo sentir algo avergonzado”, afirma. Ya por la tarde, en el partido Senior, “tan solo señalé una falta y cinco fueras, de las cuales me equivoqué en tres, así que por lo que acabo de contar, tuve un día bastante entretenido”.

Estos mismos nervios del debut los viven también los oficiales de mesa. Juan Jiménez, que este mismo año va a debutar en LEB Plata, los califica como “los nervios del principiante”, aunque destaca que “gracias a mi compañera de mesa y al árbitro que me asignaron todo fue muy bien. Ellos entendían mis nervios ya que me decían ‘que todos siempre hacemos un primer partido’. En este encuentro, que era de Senior 2ª Zonal, me acuerdo que iba ‘perdido’ en ciertos lances del juego y me preguntaba a mí mismo ‘que hacía yo de oficial de mesa’, pero después de acabar el partido me di cuenta que es una cosa bastante normal”. Juan Jiménez sí tenía experiencia previa en el baloncesto, deporte que empezó a practicar a los 14 años. “Estuve disfrutando como jugador durante 5 años, pero luego tuve que renunciar por temas de estudio. Después de 4 o 5 años sin jugar y con más tiempo libre para mí, decidí ser oficial de mesa para la Federación. Quería volver a estar vinculado al baloncesto, además de disfrutar de este gran deporte desde otra perspectiva”, señala.

También quiso seguir disfrutando de nuestro deporte Marina Segura, que hizo el Curso de Oficial de Mesa en octubre de 2009. “Un amigo que es árbitro y sabe que me encantaba el baloncesto y había jugado muchos años me comentó que podía hacer el curso para ser oficial de mesa. No lo dudé un segundo porque adoro este deporte”, dice Marina, quien recuerda “con muchos nervios y muchas ganas” el día de su debut. “Estaba muy emocionada”, confirma.

Tras superar todos los contenidos teóricos y prácticos, una vez convertidos en árbitros u oficiales de mesa, llegó el momento de la verdad, el momento de seguir creciendo, de seguir formándose para ser cada vez mejores en su labor. Ahí comienza el Plan de Formación Continua del CTA, una intensa programación de actividades que la Federación lleva a cabo cada temporada para todos sus árbitros y oficiales de mesa. “La FBCV me ha realizado un seguimiento desde mi inicio en el arbitraje hasta hoy”, explica Daniel Cervantes, una labor que contiene “desde reuniones para informar de cambios en reglamento e interpretaciones, informes técnicos en torneos y partidos de liga regular hasta grupos con objetivos específicos con visionado de jugadas nuestras y test online”. Daniel detalla exactamente cómo ha sido ese proceso formativo cada temporada: “El primer año gran parte del trabajo estuvo dedicado a la técnica individual y a la mecánica. Los dos años siguientes me sirvieron para trabajar el criterio e hice bastante hincapié en el reglamento y las interpretaciones. Ya en el cuarto año, el año del debut en 1ª División, fue una temporada de adaptación en la que principalmente intenté consolidar todo lo que anteriormente venía trabajando. A partir de ese cuarto año ya he trabajado en relación a lo que me sucedía en los encuentros, desde la concentración, el control de las emociones hasta la comunicación con los oficiales de mesa o la charla pre-partido”. La formación recibida por la Federación es importante, pero aún lo es más si cabe la ambición personal de crecer como árbitro. Ese trabajo individual es siempre la base sobre la que llegar hasta las categorías superiores. Por eso, Daniel Cervantes comenta que “al margen del trabajo realizado por la Federación, el apartado físico y teórico lo trabajo regularmente”, y en su opinión “hay una parte autodidacta que en cualquier caso reporta una experiencia positiva tanto dentro como fuera del arbitraje”.

También mucha dedicación es la que ha tenido Cristian García, quien señala que “el proceso seguido hasta llegar a las competiciones FEB es similar para cualquier árbitro. Una vez que te inicias en este mundo empiezas a arbitrar todas las semanas, a intentar marcarte unos objetivos para la mitad de temporada y para el final de temporada y, sobre todo, a intentar tener un trabajo que se vuelve constante durante casi todas las semanas. En este trabajo entran los informes que iba recibiendo de los técnicos o incluso los vídeos que me solía grabar para posteriormente verlos”. En todo ese proceso la gente del entorno ha sido muy importante para Cristian, tanto en lo que se refiere a sus amigos como a los técnicos de la FBCV: “En ese tiempo conocí a Eduardo Escartí y a Mercedes Noval, y junto a Dani Domínguez y Javier Sáez empezamos a crear un grupo de jóvenes ilusionados y con ganas de aprender más sobre este mundillo. Para ello, intentábamos reunirnos de vez en cuando para ir a ver algún partido que otro o simplemente grabar un partido en el que uno de nosotros arbitraba y sacar fallos.  Por supuesto, en nuestros inicios, todas las dudas y toda la formación se han visto resueltas a cargo de técnicos de la Federación como Fernando Calatrava, Fernando Castillo, Fernando Carrasco y sobre todo Juan Bertomeu”.

Este intenso y ambicioso Plan de Formación Continua forma parte también del día a día de los oficiales de mesa. Así lo recuerda Juan Jiménez: “Tras completar el Curso de Oficial de Mesa, año tras año asistí a reuniones con los diferentes compañeros de la categoría a la que estaba asignado junto con el técnico responsable de esa categoría. En estas reuniones se comentaban dudas surgidas durante los partidos, fallos vistos por otros compañeros, recordatorios de cierta normativa desde la propia Federación para su aplicación en los partidos, etc. Finalmente, desde los últimos 3 años hasta el día de hoy, se realizan con carácter mensual, aproximadamente, y durante toda la temporada, una serie de “test” o “video-test” con la finalidad de evitar fallos en la aplicación del reglamento, además de no cometer errores durante los partidos. En mi opinión, con estos “test” y “video-test” se consigue una mejor formación para desarrollar de una manera correcta las funciones de oficial de mesa, además de mejorar personalmente”.

En definitiva, como apunta Marina Segura, “se trata de poner interés y ganas”. Para ella es importante “hacer todos los test y video-tests, interesarse por los cambios de las normativas, preguntar las dudas,…”. Se muestra muy contenta con su evolución y manifiesta que “he ido subiendo de categoría con muchas ganas de seguir aprendiendo y hacerlo lo mejor posible en cada partido. Ahora estoy en categorías FEB y sigo con muchas ganas de seguir aprendiendo y mejorando y de ayudar a los demás en lo que pueda”.

Y en referencia a esa ayuda, ¿qué consejo darían todos a los jóvenes que quieren realizar el Curso del CTA? Marina considera que “lo principal son las ganas y el interés, trabajar bien y esforzarte, disfrutar de lo que haces y aprender algo nuevo de cada compañero y encuentro”. Juan Jiménez les anima a “que disfruten de esta experiencia, que todos cometemos errores en los partidos y no hay que desanimarse por hacerlos. Por otro lado, con el paso del tiempo se van adquiriendo las destrezas suficientes para ser un buen arbitro u oficial de mesa. Y por último y muy importante, les diría que si se esfuerzan llegarán lejos”.

Cristian García apuesta por “la constancia, humildad e ilusión por hacer las cosas bien, uno aprende cuando más disfruta, así que intenten divertirse arbitrando”. Y concluye Daniel Cervantes: “Entiendo que los inicios no son fáciles y menos cuando somos quienes tomamos decisiones que afectan a intereses tanto de jugadores, entrenadores y clubes. Así y todo les aconsejo experimentar, evaluar las consecuencias tras una decisión, una conversación o una situación límite. También les animo a observar su actitud, compromiso y forma de trabajar para conocerse mejor, algo que me ha servido tanto en el arbitraje como en mi vida personal”.

Así disfrutan del baloncesto los árbitros y oficiales de mesa. Además, año tras año se incorporan nuevos aspirantes a través de los Cursos de Formación del CTA. Si te gustaría unirte a ellos, contacta con la FBCV o consulta toda la información en www.fbcv.es

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