Tras partir de Alicante el día 2 de diciembre hacia Tindouf (Argelia), concretamente a la Wilaya de Bojador, los entrenadores Ferran Pizcueta, Marc Torres, Paco Jiménez, Jorge Silvestre y Maties Iborra, junto con la concejala de Políticas Inclusivas e Igualdad del Ayuntamiento de Llíria, Vallivana Murgui, ya se encuentran en Valencia, cargados de nuevas ideas para seguir haciendo más grande este proyecto.

Paco Jiménez, director de l’Escola Bàsquet Llíria, ha señalado que “ha sido un éxito y ya hemos iniciado conversaciones con otra Wilaya, e intentaremos repetir el próximo año”.

Durante los primeros tres días, el grupo de voluntarios centró sus esfuerzos en visitar diariamente un centro escolar de la wilaya para colocar canastas, repartir equipaciones de juego y material, realizar diferentes actividades y tareas relacionadas con la práctica del baloncesto, y finalmente, hacer entrega a todos los niños y niñas de un complemento nutricional. Todo ello, gracias a las aportaciones del Ayuntamiento de Llíria, la Federación de Baloncesto de la Comunitat ValencianaIocum S.LTwinner, Jovens Almàssera y la Escola Bàsquet Llíria. Además, de las colaboraciones de Basket PlanetEstudio La BaseCEB LlíriaAxialGeneralitat Valenciana, FASPV y los asistentes y ponentes (Jota Cuspinera, Óscar de Paula y David Cárdenas) del clínic que se celebró para recaudar fondos.

Además, visitaron y conocieron diferentes centros de educación infantil, centros para alumnos con diversidad funcional, dispensarios sanitarios, etc.

Jorge Silvestre, director técnico del CB La Pobla, mostró su sorpresa: “nunca imaginé que podría ver sonreír, del modo en que lo hacían, a todos esos niños y niñas cuando llegamos a los colegios con las canastas y todo el material”.

Posteriormente, se desplazaron a la Wilaya de Dajla, acompañando a la edil del Ayuntamiento de Llíria en la firma de su hermanamiento con la daira de Tinigir; y aprovecharon para reunirse con el delegado de Juventud y Deporte de dicha población y empezar así a estudiar el terreno y las posibilidades reales de poder llevar el proyecto a la wilaya el próximo año, además de crear sinergias y nuevas estrategias de actuación.

El grupo de trabajo del proyecto “Una cistella al Sàhara” ya se ha puesto en marcha y ha regresado de los campamentos con muchísimas ideas y propuestas para futuras actividades. Pero sobre todo, vuelve a casa con el cariño y el excelente trato que le ha mostrado el pueblo saharaui (desde los niños y niñas con los que se han realizado las actividades, pasando por las familias que los han acogido durante este tiempo y se han encargado de su alimentación y cuidados, hasta los dirigentes y miembros colaboradores de la RASD).

Ahora bien, lo que no podrán olvidar nunca, especialmente aquellos que han visitado los campamentos por primera vez, es la situación inhumana en la que se encuentra dicha población, la cual lucha a diario por sobrevivir a la escasez de alimentos y agua, además de falta de infraestructuras en servicios, sanidad y educación. Una situación que perdura después de 43 años, donde el pueblo saharaui espera pacíficamente su resolución, y poder volver en un futuro no muy lejano a la tierra que un día les fue arrebatada.

Ferran Pizcueta, director técnico de la Academia Víctor Claver, comentó en a su regreso “que esto no se quede solo en los campamentos, queremos que también sirva para sensibilizar a la gente sobre la situación que vive el pueblo saharaui; y aunque resulta complicado, también a la clase política”.