Ser una referencia en el sector servicios deportivos es uno de los principales objetivos de la Federación de Baloncesto de la Comunidad Valenciana (FBCV). Lejos de quedarnos anclados en ser organizadores de competiciones de octubre a abril, una de nuestras apuestas es conseguir generar actividad los 12 meses del año, ya que entendemos como imprescindible ser capaces de generar recursos más allá de las aportaciones de nuestros clubes.
El periodo estival aparece en este contexto como el más propicio para dirigirnos a la ciudadanía, ofreciéndole una oferta de productos orientados a sus necesidades. Desde la FBCV somos conscientes de la necesidad que tienen las familias de ocupar el espacio vacacional de los más jóvenes de la casa una vez acaba el colegio. Las escuelas de verano cumplen ese papel de conciliador entre las necesidades de todos los miembros de la familia. Los padres necesitan tener una propuesta adecuada a sus obligaciones laborales y nuestras escuelas de verano encajan a la perfección en esta demanda. Proporcionan, además, un desarrollo integral a través del deporte de los participantes, ya que no atendemos sólo a las habilidades y destrezas, ponemos acento también en la educación en valores y comportamientos.
En la ciudad de Valencia, y más en concreto en el barrio de Nazaret, empezamos el verano pasado, y la notable aceptación de esta escuela nos ha animado a repetir experiencia merced a la colaboración que mantenemos con el consistorio de la capital. Nuestra vocación autonómica nos ha empujado a lanzar la idea al resto de la geografía valenciana. Tenemos avanzadas conversaciones con otros ayuntamientos,  pues entendemos que el modelo es exportable a todos los rincones de la Comunidad Valenciana.
La oferta de Escuelas de Verano complementa otras actividades de la Federación en este periodo vacacional, como el Campus de Tecnificación o los Cursos de Entrenador, que tendrán ocupado nuestro mes de julio particular.
Juan Miguel Sila (Directivo FBCV)

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